Aquella mañana del 10 de diciembre de 1995, el padre de Iñaki colocaba el árbol de Navidad en casa cuando escuchó la noticia en la radio, recuerda su hermano Miguel Ángel.
Iñaki Mendiluce y José Luis González, ertzainas, estaban de servicio el 10 de diciembre de 1995, cuando la forma de circular de un vehículo les llamó la atención. Decidieron seguirlo y llegaron hasta un caserío en Itsasondo en el que residía el miembro de ETA Mikel Otegi.
Éste, al verlos acercarse, fue en busca de una escopeta semiautomática con la que les disparó a corta distancia matándolos en el acto.
Tras acabar con la vida de ambos agentes, encendió la radio del coche patrulla y comunicó que “un casero había matado a dos cipayos”.
Durante el primer juicio con jurado, Otegi aseguró que no pertenecía a ETA cuando cometió el doble crimen. Fue absuelto pero el juicio se declaró nulo. “¿En aquellos años, en Guipúzcoa quién se iba a atrever a condenar a Otegi?” se pregunta su hermano Miguel Ángel Mendiluce. El terrorista huyó de España antes de que se celebrase el segundo.
La familia pasó el trago con mucho dolor y rabia y en lo único que pensaba era en que se corrigiera aquella injusticia.
El hermano de Iñaki asegura que el caso de su hermano fue un cúmulo de despropósitos que no pueden ocurrir en un país democrático. Cuando se fijó la fecha para el segundo juicio el abogado de Otegi, Miguel Castells, nos dijo que “Otegi no se presentaba porque se merecía unas vacaciones”.
La noche antes del asesinato Miguel Ángel habló por teléfono con Iñaki y me recomendó que me fuera pronto a casa porque al día siguiente tenía un partido, recuerda el hermano del ertzaina asesinado. Miguel Ángel e Iñaki compartían la afición por el fútbol, deporte en el que Iñaki destacó llegando a jugar en la Real Sociedad.
“Mi padre estaba poniendo el árbol de Navidad cuando decían por la radio que habían asesinado a dos ertzainas. Fueron unas Navidades terribles”
Miguel Ángel recuerda como aquella misma semana en la que asesinaron a Iñaki les llamaban a casa por teléfono y les ponían trikitixas, “A la viuda deJosé Luis, embarazada, le cantaban el anuncio de turrones 'La Viuda', ¡hasta donde llega la maldad del ser humano!”.
La familia de Iñaki asegura Miguel Ángel, hemos salido adelante sin odio, pero teniendo claro que ETA ha sido una cuadrilla de asesinos y que el 80% de los terroristas no solo no se han arrepentido, sino que nos humillan a las víctimas”.
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