El 17 de abril de 1982, a las 21:45 horas, Antonio prestaba servicios de vigilancia en el acuartelamiento bilbaíno que estaban reconstruyendo. Los terroristas le dispararon una granada anticarro. Antonio notó un fuerte golpe en el brazo derecho y su metralleta cayó al suelo. La metralleta le había seccionado el brazo.
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