Aquella sala de la Audiencia Nacional la presidía el juez Fernando Grande-Marlaska, la del juicio a Javier García Gaztelu, alias Txapote, por asesinar a Miguel Ángel Blanco entre otros crímenes. Hoy es ministro del Interior y acerca al País Vasco a este sanguinario etarra en un último bloque insultante de 13. Henri Parot también está entre ellos. Todo calificativo se queda corto. Es la mayor infamia del exjuez metido a palmero de Sánchez.
Son ya centenares de presos etarras los acercados a la región en la indecente operación política para que el Gobierno socialista cuente con el apoyo de Bildu en el Congreso de los Diputados. Unas decisiones que tras de sí solo dejarán tierra quemada y un desamparo total para las víctimas de ETA y sus familiares.
Más cerca de la libertad
Cuenta el diario El Mundo que Parot y Txapote, precisamente, tendrán múltiples beneficios en estas cárceles vascas -de competencias transferidas, recuerden-.
Disfrutan sistemáticamente de permisos extraordinarios en los que agentes de paisano de la Ertzaitnza trasladan a los reclusos sin ser esposados y dentro de un ámbito discrecional en el que cualquier excusa facilita la salida de prisión.
Funcionarios de prisiones constatan, además, que el Gobierno de Urkullu va a utilizar la flexibilidad del artículo 100.2 para acelerar la puesta en libertad de los etarras con condenas más largas con el argumento de su arraigo y voluntad de reinserción, aunque no se arrepientan de sus crímenes ni estén dispuestos a colaborar con la Justicia para esclarecer los 350 asesinatos sin autor identificado. Destacados juristas ya han advertido de la discrecionalidad en la aplicación de este artículo utilizado por la Generalitat con los condenados por el referéndum independentista ilegal en Cataluña.
Todo lo que rodea a este asunto de acercamiento de presos etarras a las cárceles y su posterior beneficio político para el Gobierno de la Nación huele a podredumbre. Es una auténtica ofensa a las víctimas del terrorismo, a las que apenas les queda ya un ápice de respeto por parte de los socialistas.
«Insoportable humillación»
La propia hermana de Miguel Ángel Blanco, Marimar, lo explicaba así en Twitter:
«Insoportable la humillación de este gobierno hacia las víctimas. El dolor que se siente es inaguantable. Hoy de nuevo las víctimas lloran y los asesinos celebran. #BastaYa»
Y es que en su caso particular, uno de los asesinos de su hermano, Txapote, supone un insulto constante:
Fue detenido en Francia en 2001 y condenado por 14 asesinatos en total. Jamás mostró arrepentimiento por sus crímenes. En marzo de 2021 fue trasladado desde la prisión de Huelva a la de Estremera, y ahora un nuevo salto ofensivo para llegar a su casa.
Además de este etarra, son otros doce los que han dado el salto al País Vasco en esta tacada:
Ismael Berastegui (en Logroño); Manex Castro Zabaleta (en El Dueso); José Antonio Zurutuza Sarasola (en Burgos); Aitor Agirrebarrena Beldarrain (en Asturias); Oscar Celarain Ortiz (en Soria); Jon Bienzobas Arretxe (en Dueñas); Juan Manuel Inciarte Gallardo (en el Dueso); Eider Pérez Aristizabal (en Zuera); Jon Igor Solana Matarrán (en Zuera); Juan Luis Rubenach Roig (en el Dueso) y Félix Alberto López de la Calle Gauna (en Asturias).
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