ALFONSO EGEA - 03/03/2022 - Fuente OKDiario
Si en público los dirigentes y componentes de la formación política abertzale EH-Bildu juegan a la ambigüedad a la hora de referirse a ETA, sus encarcelados, y al terrorismo que durante más de 40 años azotó al país, en privado su comportamiento es absolutamente distinto. OKDIARIO ha sabido que la que es considerada una de las últimas jefas de la banda terrorista, Iratxe Sorzábal, recibió una visita especial el pasado 3 de febrero en la prisión madrileña de Estremera. El senador de EH-Bildu, Gorka Elejabarrieta, estuvo con ella desde las 09:30 de la mañana hasta cerca del mediodía. Esta visita se produjo sólo unos días antes de que la etarra fuera condenada a 24 años de cárcel por dos atentados cometidos con explosivos en Gijón en 1996.
El discurso público de la izquierda abertzale permite a otras organizaciones políticas, entre ellas de manera principal el PSOE, pactar con quienes siempre son señalados como la formación más cercana al terrorismo de ETA con cierta sensación de que esa relación pertenece al pasado. Estas acusaciones además siempre son respondidas como un síntoma de radicalidad y rencor contra una formación que otros califican como la izquierda que defiende a la clase trabajadora, tal y como en recientes fechas ha hecho el propio Gabriel Rufián en nombre de ERC en el Congreso de los Diputados. La mayoría se empeñan en justificar estas cercanías en que ETA es algo del pasado.
La información a la que ha tenido acceso OKDIARIO desmonta de manera radical esta teoría. La visita del diputado Elejabarrieta no se ha producido ni con una terrorista cualquiera, ni en una cárcel cualquiera, ni en una fecha cualquiera. Si empezamos por la presa a la que decidió visitar el senador se trata de la que es considerada la última mujer en la cúpula de la banda terrorista cuando esta aún atentaba con violencia en el territorio español. Iratxe Sorzábal se encontraba en Estremera camino de la Audiencia Nacional y procedente de Francia, donde cumple condena por pertenencia a la banda terrorista.
Sorzábal ha sido durante años miembro activo de la banda, ha cometido atentados y ha formado parte crucial de la infraestructura de la banda destinada al traslado de terroristas desde España y Francia y viceversa. Es además una de las tres personas que grabaron el vídeo difundido en el año 2011 en el que tres encapuchados anunciaban el fin de los actos violentos de la banda. Pero para despejar dudas sobre la relación de EH-Bildu con miembros convencidos de la banda terrorista hay que añadir dos datos más.
24 años por atentar con explosivos
Uno que Sorzábal no fue detenida en solitario en Francia, sino que con ella cayó David Pla, quien está considerado otro de los miembros de la última cúpula etarra junto con Sorzábal. Pla fue condenado a 5 años de cárcel en Francia y ya está en libertad y con nuevas obligaciones: desde hace unas semanas Arnaldo Otegi, el líder de EH-Bildu, lo colocó en la dirección de Sortu, la otra forma de escribir la ilegal Batasuna, con estas llamativas palabras: “La Paz hoy no sería posible sin el concurso de gente como David Pla”.
Las fechas del encuentro entre la etarra Sorzábal y el senador Elejabarrieta también son importantes. El encuentro se produjo pocos días antes del último juicio contra la terrorista, quien estaba acusada de haber colocado explosivos en dos atentados en Gijón. Afortunadamente, sus actos no costaron vidas humanas, pero sí una condena de 24 años de cárcel, eso sí, después de que la acusada dejará dos perlas habituales en la Audiencia Nacional cuando hablan terroristas de ETA. La acusada reconoció su pertenencia a la banda terrorista y justificó haber confesado en su día su culpabilidad por las torturas a las que fue sometida por las fuerzas policiales españolas. Estas torturas jamás se demostraron y no hubo ninguna condena por su presunta existencia.
Tampoco hay que pasar por alto el lugar donde el senador se acercó a ver a Sorzábal. La cárcel de Estremera es una de las prisiones españolas que alberga destacados terroristas de ETA por sus infames crímenes. Sorzábal se encontraba en el mismo módulo que Irantzu Gallastegui Sadupe, pareja de Xabier García Gaztelu, alias Txapopte. Juntos, asesinaron al concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco y por eso fueron condenados a 50 años de cárcel. El Ministerio del Interior decidió no sólo acerca a la mujer de Txapote al País Vasco, sino que la llevó a la misma cárcel en la que está su marido, quien además de la condena por el asesinato de Blanco, tiene pendientes más de 600 años de condena por otros 13 crímenes mortales y dos más en grado de tentativa. Pero todo eso seguramente sean cosas del pasado.
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