Es la imagen de la infamia.
Y lo peor es que es consentida a partes iguales por el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska y el Ministerio de Justicia de la inoperante Pilar Llop.
A pesar de que desde el Gobierno socialcomunista se dijo por activa y por pasiva que se iban a acabar esos aquelarres pornográficos de apoyo a los terroristas de ETA, la realidad se empeña en dejar en paños menores a sus dirigentes.
Los amigos de Pedro Sánchez, Unidas Podemos, sus socios etarras de EH Bildu, el PNV y los sindicatos estatales UGT y CC.OO vuelven a salir a la calle en el País Vasco y Navarra este sábado 8 de enero de 2022 gracias a las manifestaciones convocadas para exigir más beneficios penitenciarios por los presos de ETA.
También tomarán parte organizaciones sindicales vascas como ELA y LAB y otras más de nombres imposibles. Asimismo, también tendrán los presos proetarra el respaldo de fuerzas políticas independentistas como BNG, ERC, Junts, CUP, ANC, Omnium y Consell per la República.
En definitiva, que por las calles de las diferentes localidades del País Vasco y Navarra pululará lo ‘mejorcito’ de cada casa.
Y todo después de que el mismo 31 de diciembre de 2021 se pudieran celebrar impunemente diversos actos de homenaje y concentraciones en apoyo al sanguinario etarra Henri Parot.
La Audiencia Nacional optó por ponerse de perfil y solo pidió a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que controlasen esos eventos proetarras.
En definitiva, es el retrato más cabal de la ignominia, la prueba del nueve de que el sanchismo ha sometido el interés y la dignidad nacional a su propio y particular interés. Todo por un miserable puñado de votos.
Que el socialista Sánchez haya decidido unir su destino al de esta gente es la señal más clamorosa del grado de degradación política que atraviesa España.
Los socios de Sánchez se pone del lado de los asesinos de casi un millar de personas.
A esto el socialcomunismo le llama ‘fuerzas progresistas’. Será porque ponerse del lado de los verdugos y olvidarse de las víctimas es para ellos un síntoma claro de progreso. Un vil, miserable y pestilente progreso.
Evidentemente, las reacciones a estas manifestaciones no se han hecho esperar.
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