30 octubre, 2021 - Este sábado 30 de octubre se cumplen 13 años desde que la banda terrorista ETA colocara en la Universidad de Navarra un coche bomba que provocó una fuerte explosión que causó heridas leves a 22 personas y numerosos daños materiales en el Edificio Central del centro universitario y en los coches aparcados junto a la bomba, entre 20 y 30, que quedaron calcinados.
La explosión tuvo lugar sobre las 11 horas. Una hora antes un miembro de ETA llamó desde algún punto de Guipúzcoa a la DYA de Álava para avisar de la colocación del coche bomba en "el campus de la Universidad" pero no especificó en cual. La Ertzaintza se desplazó al campus de Vitoria e incluso tomó "cautelas" en las del resto del País Vasco. No se sospechó que pudiera ser en la Universidad de Navarra.
La deflagración, en el corazón del campus y de gran potencia, se escuchó en toda la Universidad y en los barrios más cercanos y reventó los cristales de todos los edificios próximos. En total, 22 personas fueron atendidas aquel 30 de octubre de 2008 en los centros hospitalarios de Pamplona con heridas de carácter leve. La mayor parte de ellos fueron asistidos en la Clínica Universidad de Navarra, que atendió a 18 personas. Además, dos personas fueron atendidas en el entonces Hospital de Navarra y otras dos en el Hospital Virgen del Camino.
Al margen de los heridos, la explosión provocó un tremendo incendio en el centro del campus que dejó entre 20 y 30 coches calcinados y ocasionó numerosos daños en los edificios del entorno del aparcamiento. Al Edificio Central entraron fragmentos de vehículos ardiendo que provocaron un incendio en su interior. Tras extinguir el fuego, sobre las dos de la tarde, una grúa se llevó el coche bomba, un Peugeot de color blanco totalmente calcinado. Había sido robado el día anterior en Zumaya.
Como es habitual, 13 años después del último atentado de ETA en la Universidad de Navarra, han sido muchos los que han compartido en redes sociales imágenes e historias de cómo vivieron aquellos momentos.
REACCIONES EN 2008
Aquel 30 de octubre de 2008, los trabajadores y alumnos de la Universidad de Navarra mostraron su indignación por la explosión. Se encontraban como cada día en las aulas o en sus tareas habituales en las distintas facultades del centro cuando se produjo el estallido.
Según explicaron varios alumnos y trabajadores, la deflagración fue muy potente e hizo sentir cómo se "movían los cimientos" del Edificio Central. Tras la deflagración, fueron desalojadas las facultades y residencias de estudiantes del campus de Pamplona.
Los alumnos se congregaron en las inmediaciones de la Universidad de Navarra para observar e informarse sobre lo ocurrido. Algunos de ellos mostraron su indignación con frases como "no hay derecho a que atenten contra los estudiantes" o "los alumnos no tienen nada que ver en todo esto". "Estamos aquí para estudiar y estamos vivos de milagro. ¿Qué culpa tienen los alumnos para que les pase esto?", se preguntaron.
Un profesor de la Facultad de Comunicación, Santi Echeverria, explicó que él estaba en su despacho cuando se produjo la explosión. "He escuchado un estruendo importante, ha temblado todo el mobiliario, la zona ha quedado machacada. He visto dos columnas de llamas. Estaban ardiendo los coches. Estaba toda la zona reventada", dijo. Además, Echeverría explicó que se apreciaba "mucho nerviosismo" entre los alumnos y trabajadores.
Un gran número de las personas que se encontraban en el lugar, muchos de ellos estudiantes de otras comunidades que se encontraban en Pamplona durante el curso, intentaban telefonear a sus familias para comunicarles lo ocurrido y explicarles que se encontraban en buen estado
Hasta la Universidad de Navarra se desplazaron las principales autoridades de la Comunidad foral, que quisieron estar cerca para arropar a la comunidad universitaria. El entonces rector Ángel Gómez Montoro señaló que seguirán trabajando lo mejor que puedan y seguirán prestando un servicio a la sociedad a través de la docencia, la investigación y la asistencia médica, "sin miedo y sin rencor".
El rector, que condenó el atentado y la "violencia irracional", quiso enviar un mensaje "de serenidad" a los estudiantes del centro, a los trabajadores y
a sus familias.
Por la tarde se desplazó la exministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, quien expresó su "absoluto rechazo y repulsa" por el atentado y
deseó que "la sinrazón de las armas no pueda nunca contra los valores que reclama la sociedad democrática española".
Cristina Garmendia hizo hincapié en que la acción terrorista hubiera ido dirigida contra una universidad, "que es el máximo representante de los valores democráticos, como son la torelancia, la razón y el conocimiento".
Por su parte, el expresidente navarro, Miguel Sanz, rechazó que los "criminales" no respetan "si quiera" una institución como ésta, "que tanto representa
para nuestra Comunidad y para España". Según dijo, no se puede "bajar la guardia bajo ningún concepto".
La entonces alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, destacó "la tranquilidad" de los alumnos y del rector del centro, que iban "a seguir trabajando como siempre con profesionalidad y sin rencor", algo que, a su juicio, demuestra que este centro es "es uno de los pilares de la sociedad navarra y
española".
ATENTADOS EN LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
Además de este último atentado el 30 de octubre de 2008, la banda terrorista ETA perpetró otros cinco ataques contra el centro.
La primera acción terrorista de ETA contra la Universidad de Navarra tuvo lugar el 4 de octubre de 1979, fue cometida por miembros del 'comando Arizta' y estuvo dirigida contra las oficinas de la Editorial Universitaria (EUNSA) situadas en la localidad de Barañain.
El segundo atentado fue perpetrado el 12 de julio de 1980 por miembros del 'comando Nafarroa'. Se produjo en el interior del Edificio Central y colocaron un potente artefacto explosivo que causó pérdidas evaluadas entontes en unos 35 millones de pesetas.
Un año más tarde, el 24 de junio de 1981, el mismo comando introdujo varias bombas en los sótanos del Edificio Central que causaron importantes daños materiales.
El cuarto atentado, perpetrado por una rama de ETA político militar, tuvo lugar el 4 de septiembre de 1983. Tres artefactos explotaron en el campus y otro fue desactivada por la policía.
El 23 de mayo de 2002 se produjo el quinto atentado. Un coche bomba cargado con veinte kilos de explosivos estalló en la parte trasera del Edificio Central de la Universidad de Navarra provocando daños materiales por valor de 300.000 euros. Dos policías y la madre de un conserje resultaron heridos leves. Un comunicante en nombre de ETA anunció a las 20.30 horas que la explosión iba a producirse en media hora. El vehículo, un Ford Escort blanco, había sido robado en Cognac (Francia) en el mes de abril. - Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario