Fuente OKDiario - Veinte años después, unos tachones a bolígrafo sobre un mapa de Madrid incautado en una operación antiterrorista en Francia le pueden salir muy caro a la cúpula de ETA en el año 2000. Las marcas coinciden, exactamente, con la ubicación de varios atentados de la banda en la capital. Entre ellos, el que costó la vida al magistrado del Tribunal Supremo José Francisco de Querol y Lombardero, a su escolta y a su chófer.
El informe policial apunta a que esos mapas se encontraban en poder de uno de los jefes etarras del momento: Juan Fernández de Iradi, alias Susper. Hasta once ex líderes de la banda terrorista deberán prestar ahora declaración ante el juez Santiago Pedraz a raíz de una querella interpuesta por el abogado de la Asociación Dignidad y Justicia, Miguel Ángel Rodríguez Arias.
Pasadas las 9:10 de la mañana del 31 de octubre del año 2000, una fuerte explosión sacudió el Este de Madrid. Minutos antes del estallido, el juez del Tribunal Supremo y general de la Armada en la reserva José Francisco de Querol y Lombardero había salido de su vivienda en la calle Torrelaguna en el barrio de La Concepción y se había montado, como todas las mañanas, en su coche oficial.
Acompañado de su chófer y su escolta tomaron la esquina de la avenida de Badajoz rumbo a la sede del Alto Tribunal. Desconocían que desde días antes un talde de ETA merodeaba la zona y tomaba anotaciones sobre el recorrido diario que hacía el general togado. Nada más girar hacia la avenida, un Renault 19 de color rojo con placas dobladas y robado unos días antes, explotó. El coche-bomba fue activado por control remoto desde un centenar de metros por el comando terrorista. La explosión de los 40 kilógramos de dinamita, alojados en una olla de aluminio, voló por los aires el vehículo de De Querol, quedando el coche convertido en un amasijo de hierros. A sus 69 años, al juez le quedaba un mes para jubilarse de su cargo. Falleció al instante, como sus dos colaboradores, el chófer Armando Medina Sánchez y el escolta Jesús Escudero García.
Nueve años más tarde, en la localidad francesa de Merignan, una operación de la Gendarmería sobre un piso okupa convertido en refugio terrorista para la cúpula de la moribunda ETA consigue incautar abundante material y documentación. Y entre lo incautado aparece un mapa de Madrid, de la Guía Michelin, con extrañas anotaciones y tachones. Señales de puntos clave en la capital de Madrid. Cuando la Policía española conoce el mapa, rápidamente lo conecta con al menos cuatro atentados del Comando Madrid. Entre ellos, el de Querol.
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Mapa de Madrid, de la Guía Michelin, con extrañas anotaciones y tachones aportado por la Policía a la Audiencia Nacional. |
La página del mapa de Madrid correspondiente al cuadrante G15, que refleja el área de Ciudad Lineal, tiene emborronado con bolígrafo negro la calle Torrelaguna, la esquina de esta calle con Avenida de Badajoz, la zona donde el magistrado compraba tabaco y el ABC todas las mañanas y el bar Valencita, la cafetería donde su chófer paraba cada día para tomar café antes de recoger al general De Querol.
Las otras tres marcas corresponden a los atentados perpetrados en la calle Goya, que se saldó con catorce heridos; al asesinato del general Justo Oreja Pedraza; y al coche-bomba que colocó ETA con el objetivo de matar al entonces secretario de la Policía Científica Juan Junquera González.
Esta información ha sido plasmada en un informe policial entregado recientemente a la Audiencia Nacional en el marco de las investigaciones a dirigentes de ETA. El juez Santiago Pedraz solicitó a la Policía y a la Guardia Civil que informen, en base a los datos que posean, de «la composición nombre a nombre de toda la estructura de mando de ETA, intermedia y superior de la propia Zuba o comité ejecutivo al momento de los hechos (…), especificando los distintos aparatos en los que cada uno de los querellados se integraba» en ese momento. El magistrado expresó su «especial interés en los aparatos militar, político y logístico. O el aparato por medio del cual, e independientemente de su denominación, se hubiese dado cobertura y soporte efectivo al comando Madrid, posibilitando la presencia clandestina efectiva y su operatividad criminal».
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Listado de los jefes de ETA entregado por la Policía al juez. |
La Comisaría General de Información de la Policía Nacional ha entregado al juez un informe en el que aparece el listado de la cúpula de la banda terrorista, así como un mapa de Madrid con anotaciones de atentado perpetrados y otros planeados y no ejecutado y una carta de «autocrítica» enviada por la máxima responsable del comando Madrid, Ana Belén Egües, alias Dolores, a ETA. En la misiva explicaba la información que había revelado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado durante su interrogatorio.
La etarra Ana Belén Egües informó a la banda terrorista que había desvelado el modus operandi del comando Madrid y los atentados en los que participó y en los que se planearon, pero no llegaron a ejecutarse debido a su detención. Esta carta revela que ETA planeó matar a el magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno; el consejero emérito del Tribunal de Cuentas Juan Velarde; y el ex ministro Cristóbal Montoro, entre otros. Acompañado de cada nombre aparece la calle en la que se encuentran sus domicilios.
En el marco de estas diligencias el juez ha ordenado que «se practique la declaración de todos los querellados», que formaron parte de la Zuba o comité ejecutivo de la banda terrorista en aquella época. Dignidad y Justicia apunta en su querella al entonces jefe del comando Madrid, Gorka Palacios, así como a Ignacio Miguel Gracia, alias Iñaki de Rentería; Juan Carlos Iglesias, Gadafi; Javier García, Txapote; Juan Antonio Olarra, Jokin; Ainhoa Mugica, Olga; Asier Oyarzabal, Baltza; Mikel Albisu, Mikel Antza; Vicente Goicoechea, Willy; Ramón Sagarzazu, Ramontxo; y María Soledad Iparraguirre, Anboto.
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