Tres años después del cese definitivo de la violencia terrorista, las instituciones siguen divididas ante las cifras totales de víctimas y los casos sin esclarecer
El número de muertos a manos de ETA es 828 para unos y 858 para otros
Tampoco dan la misma cifra de casos sin resolver la Fiscalía de la Audiencia Nacional y el Ejecutivo vasco. En este caso, la diferencia no es tan grande, 27 asuntos. En este caso, la diferencia procede de las discrepancias entre administraciones sobre quiénes son los muertos que se pueden atribuir a ETA. El Gobierno de Vitoria realizó un estudio exhaustivo de 44 casos controvertidos y acabó descartando como atentados de ETA más de una veintena, según indica Rodríguez Uribes. Estos, por tanto, han desaparecido también de la lista de casos sin resolver.
De ellos, resulta emblemático el de la niña Begoña Urroz, muerta por atentado terrorista en San Sebastián en 1960 y que el Ministerio del Interior consideró primera víctima de la banda ETA. Pero otra investigación, acreditada con documentos policiales de la época, concluyó en 2013 que el autor del atentado fue el DRIL (Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación), un grupo libertario portugués. Hay otros casos sobre los que no hay acuerdo, como el de Martín Merquelanz, que Interior atribuye a ETA y otros, entre ellos, el Gobierno vasco, al Batallón Vasco Español.
La mayoría de los casos no esclarecidos se concentran en los años de la Transición. El informe de la Fiscalía sitúa entre 1978 y 1982 los casos de 128 víctimas sin esclarecer. La cifra baja a 83 entre 1982 y 1996 y ya de manera muy sensible a 12 entre 1996 y 2004. Solo hay uno entre 2004 y 2009, año del último atentado etarra en España.
Los asuntos sin aclarar varían entre 349, 224 y 197 según la institución
También hay que añadir, como hace el informe del Gobierno vasco, la mini amnistía, materializada entre 1982 y 1985 por los Gobiernos de UCD y PSOE como resultado de la disolución de ETA político-militar. Afectó a causas en las que hubo varias decenas de víctimas mortales por atentados entre 1978 y 1982 pero que aparecen como sobreseídas.
Rodriguez Uribes considera que con motivo de la elaboración del informe del Gobierno vasco —que se presentará en el Parlamento vasco— “se perdió una oportunidad para unificar criterios entre la administración vasca y la central”. Los autores del documento del Ejecutivo vasco —el jurista José Antonio Martín Pallín; la catedrática de la UPV, Enara Garro; el periodista Carlos Fonseca y el propio Rodríguez Uribes— denuncian la falta de colaboración de la Subsecretaría y la Secretaría de Estado de Interior, que no respondieron a sus peticiones de datos. Tampoco lo hizo la dirección general de Asistencia a las Víctimas del Terrorismo ni la Fundación de Víctimas, en la que participan altos cargos gubernamentales. El Ministerio de Interior responde que, siguiendo su protocolo, remitieron las demandas del Gobierno vasco a la Oficina de Asistencia a las Víctimas del Terrorismo. Y este último no respondió por si se vulneraba la Ley de Secretos Oficiales.
El exdirector de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo defiende que esta cuestión debería ser “suprapartidaria” y cree que la constitución de la comisión mixta, con representantes del Gobierno central y vasco, que va a crear el Centro de la Memoria, será una nueva oportunidad para establecer una verdad compartida.
Tres informes no coincidentes
Unos meses después, en junio de 2011, hicieron la misma solicitud a la Fiscalía de la Audiencia Nacional. El dato presentado por los colectivos de víctimas estaba extraído del libro Vidas rotas, coordinado por Rogelio Alonso y Florencio Dominguez. Por otro lado, a finales de 2013, el Gobierno vasco, en el marco de su plan de paz y convivencia, encargó a cuatro expertos —solo uno del País Vasco— su propio informe sobre los casos no esclarecidos del terrorismo etarra, ampliado al contraterrorismo que actuó en Euskadi (Batallón Vasco Español, GAL…).
El primero de los informes conocidos fue el de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, en diciembre de 2011, que reducía la cifra de casos de víctimas mortales de ETA sin esclarecer de 349 a 224. Precisaba que de los 270 procedimientos penales correspondientes a esas 349 víctimas mortales, había 89 casos resueltos (correspondientes a 130 víctimas). Por otro lado, a finales de 2013 la Oficina de Asistencia a las Víctimas del Terrorismo concluía que de los casos estudiados había 83 que ya tenían sentencia (seis menos que los que señalaba la Fiscalía).
Finalmente,el informe del Gobierno vasco, conocido a fines de 2014, reduce aún más la cifra de casos sin esclarecer. De 224 que fijaba la Fiscalía de la Audiencia Nacional, lo rebaja a 197 víctimas.
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