Quince años del asesinato del doctor Muñoz Cariñanos: Sevilla no le olvida
Hace tres lustros el coronel médico era asesinado por el Comando Andalucía de ETA en su consulta de varios tiros en la cabeza. – 16/10/2015Sobre las seis y media de la tarde del lunes 16 de octubre, en su consulta de la calle Padre Cañete, el doctor Antonio Muñoz Cariñanos, coronel médico del Ejército del Aire y una eminencia en Otorrinolaringología, atendía a dos pacientes.
Sevilla pasó del horror a la colaboración para detener a los etarras
De pronto, dos individuos entraron de forma violenta en su consulta y dispararon sobre el médico, a bocajarro, varios tiros. Muñoz Cariñanos falleció prácticamente en el acto. Los asesinos huyeron de manera despavorida.En aquel momento Sevilla pasó del horror de un nuevo atentado en la ciudad -no habían pasado dos años del también execrable asesinato del concejal Alberto Jiménez Becerril y su esposa, Ascen García Ortiz- a la colaboración ciudadana para intentar detener a los asesinos.
Mientras las escenas de dolor se sucedían a las puertas de la consulta, muy cerca de la basílica del Gran Poder, la Policía iniciaba una búsqueda exhaustiva e incluso titánica, con cruce de disparos incluso, que acabó, por la zona de la Macarena, con la detención de dos terroristas de forma inmediata y un tercero, ya herido, de madrugada.
A la par de estos hechos, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tuvieron que luchar con la presencia de una bomba lapa en un vehículo, en la confluencia de la Avenida de Kansas City con El Greco. Era la cuarta que se colocaba ese año y que, por fortuna, no llegaron a explotar.
Sobre las seis y media de la tarde del lunes 16 de octubre, en su consulta de la calle Padre Cañete, el doctor Antonio Muñoz Cariñanos, coronel médico del Ejército del Aire y una eminencia en Otorrinolaringología, atendía a dos pacientes.
Sevilla pasó del horror a la colaboración para detener a los etarras
En aquel momento Sevilla pasó del horror de un nuevo atentado en la ciudad -no habían pasado dos años del también execrable asesinato del concejal Alberto Jiménez Becerril y su esposa, Ascen García Ortiz- a la colaboración ciudadana para intentar detener a los asesinos.
A la par de estos hechos, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tuvieron que luchar con la presencia de una bomba lapa en un vehículo, en la confluencia de la Avenida de Kansas City con El Greco. Era la cuarta que se colocaba ese año y que, por fortuna, no llegaron a explotar.
Otros atentados de ETA en Sevilla
Sevilla seguía sumida en el horror de la banda asesina, que había puesto en su objetivo a Andalucía y que una semana antes del asesinato de Muñoz Cariñanos acababa con la vida, en Granada, del fiscal jefe del TSJA, Luis Portero.
La capital andaluza había comprobado, aterrorizada, cómo ETA atentaba contra la cárcel de La Ranilla a finales de los 80; de la detención en 1990 del asesino Henry Parot, que llegó a Sevilla para provocar una auténtica masacre, y del vil asesinato del matrimonio Jiménez Becerril.
Ese 16 de octubre de 2000 acababa con la vida de Muñoz Cariñanos. Sus asesinos fueron condenados a 53 años de cárcel. Pero dejaban el dolor inconsolable en una familia y en una ciudad, Sevilla, que 15 años después no olvida al coronel jefe médico doctor Antonio Muñoz Cariñanos. – Fuente:
Sevilla seguía sumida en el horror de la banda asesina, que había puesto en su objetivo a Andalucía y que una semana antes del asesinato de Muñoz Cariñanos acababa con la vida, en Granada, del fiscal jefe del TSJA, Luis Portero.
La capital andaluza había comprobado, aterrorizada, cómo ETA atentaba contra la cárcel de La Ranilla a finales de los 80; de la detención en 1990 del asesino Henry Parot, que llegó a Sevilla para provocar una auténtica masacre, y del vil asesinato del matrimonio Jiménez Becerril.
Ese 16 de octubre de 2000 acababa con la vida de Muñoz Cariñanos. Sus asesinos fueron condenados a 53 años de cárcel. Pero dejaban el dolor inconsolable en una familia y en una ciudad, Sevilla, que 15 años después no olvida al coronel jefe médico doctor Antonio Muñoz Cariñanos. – Fuente:
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