En la avenida de los Boliches de Fuengirola (Málaga), cerca de la estación de tren, hay un ensanchamiento con una rotonda en la que se sitúa un monumento homenaje a las víctimas del terrorismo. Se inauguró el 28 de noviembre de 2008 y es obra de Charo García. Consiste en un cubo de acero corten que sujeta unas cuerdas y manos realizadas en bronce. Al ir en una rotonda, tiene además una amalgama de hierro con placas de colores de cobre esmaltado en fuego encima.
En palabras de la autora, el monumento está lleno de simbolismo:
Las cuerdas expresan la falta de libertad, la opresión pero con una doble visión: se pueden desatar. Se puede decir que se trata de la ruptura con las ataduras que produce el miedo y el terrorismo. La amalgama de hierro de la que salen las cuerdas simboliza la intolerancia y las dificultades a la hora de combatir esta barbarie. En la parte inferior del monumento hay unas placas de colores con las que he querido mostrar la diversidad entre culturas y a la vez la igualdad. Unas manos intentan deshacerse de las cuerdas.
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