El día 17 de diciembre de 2002 dos representantes del nacionalismo vasco asesinaron al guardia civil Antonio Molina Martín en una salida de la autopista Madrid-La Coruña, próxima a Collado Villalba (Madrid), a la altura de kilómetro 38.
Serían las cuatro menos cuarto de la tarde cuando dos guardias civiles que se encontraban de patrulla observaron que un Ford Escort, color azul, matrícula de Málaga, estaba haciendo una maniobra irregular de marcha atrás. Inmediatamente el guardia civil Antonio Molina se acercó a pie al Ford Escort y en el momento en que saludaba a sus dos ocupantes, antes de pedirles la documentación del coche, uno de ellos realizó varios disparos de pistola contra él.
A partir de ese momento los guardias civiles respondieron con sus armas y en el tiroteo resultó muerto el guardia civil Antonio Molina, herido de gravedad el etarra Gotzon Aramburu Sodupe y herido en un brazo el compañero de Antonio. En la confusión del momento, el otro etarra, identificado más tarde como Jesús María Etxeberria Garaikoetxea, autor material del asesinato de Antonio, logró parar un Renault Clio ocupado por una mujer y huyó llevándose con él a su conductora a la que soltaría unos minutos después.
Inmediatamente se organizaron controles y batidas pero el etarra logró huir de la zona, aunque fue finalmente detenido en San Sebastián seis horas más tarde.
Después de que los expertos en explosivos de la Guardia Civil inspeccionasen el vehículo de los nacionalistas vascos, descubrieron que estaba cargado con 130 kilogramos de explosivos, por lo que se paró la circulación de la autopista para provocar una explosión controlada cuya deflagración pudo verse y oírse a decenas de kilómetros de distancia.
Más tarde, y tras el interrogatorio de los dos detenidos, todos pudimos conocer las intenciones de ETA-Batasuna, de esa misma ETA-Batasuna tan descaradamente protegida por el PNV, Eusko Alkartasuna, Izquierda Unida, el terrorista Marcos y demás gentuza despreciable que prefiere intimar con los pocos que practican la violencia terrorista antes que con esa gran mayoría que apoyamos la democracia.
Lo que ETA pretendía con esa gran cantidad de explosivos era fabricar varios coches bomba para hacerlos explosionar simultáneamente en diferentes centros comerciales de Madrid durante la tarde-noche del próximo día 31 de diciembre, nochevieja. (¡¡¡Aplausos para Arzallus, Ibarretxe y los obispos nacionalistas vascos!!!.
¿Qué les parece cómo se las gasta el nacionalismo vasco?. Y pensar que a estos asesinos es a los que, de un modo más o menos claro, protegen los nacionalistas vascos…
Que a nadie le quepa ninguna duda de que el nacionalismo vasco en pleno es el responsable de estos crímenes y como responsable que es, todos estamos en la obligación de despreciarles.
Muchas veces he dicho (y siempre me ratificaré en ello) que el nacionalismo vasco es una ÚNICA organización hábilmente dividida en una especie de “suborganizaciones”, con diferentes cometidos, pero todas ellas dirigidas por un solo “consejo de administración” que es el que asigna las misiones.
En la organización nacionalista vasca unos están encargados de lavar el cerebro a la gente (principalmente a los jóvenes) mintiéndoles sobre su identidad y sobre su historia, con el fin de que odien todo aquello que no sea lo que el “consejo de administración” ha decidido que es LA VERDAD. También hay otros que se encargan de asesinar, extorsionar, amenazar… en fin, de acojonar al pueblo para ir haciéndose poco a poco dueños de las voluntades más débiles y cobardes, o bien para obligarles a marcharse de la tierra donde nacieron. Y finalmente hay otros que tienen como misión criticar las acciones violentas y mafiosas de sus compañeros para que parezca que en realidad están en contra de la violencia pero, evidentemente, de eso nada de nada…
Esos cínicos e hipócritas que se envuelven en la sangrienta bandera vasca y critican a ETA al mismo tiempo que van por ahí apoyando la existencia legal de ETA-Batasuna; esos cínicos e hipócritas que se consideran los que “cosechan” los frutos del terrorismo o que infringen las leyes democráticas de nuestro país; todos esos cínicos e hipócritas, farsantes de mierda, son parte integrante de esa sucia organización naZionalista (con zeta de nazi) que está tratando de destruir un país con los mismos métodos fascistas que utilizó Hitler en su sueño absurdo de un país que únicamente existía en su mente enferma, exactamente igual que sucede con esa Euskal Herria de cuento de hadas que sólo existe en la imaginación del “consejo de administración” nacionalista vasco y en las mentes manipuladas de sus vasallos más tontos.
Y por culpa de ese fascismo que, sin duda alguna, integra a TODOS los nacionalistas vascos, es por lo que nuevamente tenemos que llorar otra muerte más en la larga lista de asesinados en nombre del nacionalismo vasco de Sabino Arana.
Antonio Molina Martín es la nueva víctima de ese “plan Ibarretxe” iniciado hace un siglo por el racista Sabino Arana y continuado por ETA, pero en este caso la víctima no ha caído del modo en que ETA nos tiene acostumbrados, en este caso Antonio Molina Martín ha muerto para salvar otras muchas vidas de un gran número de personas que durante la tarde de nochevieja irían a hacer sus compras a los centros comerciales de Madrid.
Gracias a Antonio Molina Martín, los cinco o seis coches bomba que estallarían en esos centros comerciales explotaron todos juntos y de un modo controlado a la altura del kilómetro 35 de la autopista Madrid-La Coruña, donde Antonio dejó la vida en su lucha por una sociedad más justa y más democrática.
Gracias a Antonio Molina Martín y a su compañero, también herido en el enfrentamiento con los nacionalistas vascos, esos dos etarras tardarán unos años (desgraciadamente pocos) en volver a salir a la calle para continuar su locura de asesinatos indiscriminados.
Gracias a Antonio Molina Martín, los demócratas de este país dormirán un poco más tranquilos, y los nacionalistas vascos se sentirán un poco más desasosegados.
La familia de Antonio Molina Martín debe estar muy orgullosa de él porque gracias a él se han salvado muchas vidas y se ha logrado detener a dos peligrosos delincuentes.
Gracias, Antonio Molina Martín. Gracias Guardia Civil.
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